Situación Epidemiológica de Intoxicaciones por plaguicidas
Los plaguicidas son de las familias de productos químicos más ampliamente empleadas por el hombre. Se han usado sobre todo para combatir plagas (acción sobre cosechas o como vectores de enfermedades). Los plaguicidas pueden clasificarse en función de su empleo (insecticidas, fumigantes, rodenticidas, herbicidas, fungicidas) o de su familia química (organoclorados, organofosforados, carbamatos, piretroides, halocarbonatos, fosfuros, uracilos, triacinas, compuestos bipiridílicos, clorofenoxi, ditiocarbamatos, sales de cobre, ftalonitrilos).
Todos ellos son biosidas, lo que implica toxicidad para el ser humano, lo cual ha sido motivo de preocupación desde mediados del siglo XX debido al amplio uso de estos productos. La exposición a los plaguicidas puede tener efectos agudos o crónicos. Algunos compuestos organoclorados (como el DDT) fueron los primeros en ser empleados en aspersiones masivas para combatir la malaria y se ha prohibido su uso debido al efecto de acumulación en el organismo y persistencia en el medio ambiente.
En Guatemala, el comportamiento de la distribución anual, entre tasas de incidencia y letalidad muestra que este evento en 2017, presentó una tasa de incidencia acumulada de país de 5.5 por 100,000 habitantes, seis áreas de salud se situaron en el cuarto cuartil, siendo en orden descendente: Jalapa, Peten Norte, Retalhuleu, Zacapa, Huehuetenango y El Progreso, registrándose incremento de casos de 46.3% (633/926) en el mismo periodo epidemiológico comparado con el año 2016.
Aspectos epidemiológicos, clasificación:
- Intoxicación aguda
- Caso leve
- Caso moderado
- Caso grave
- Intoxicación crónica
- Neuropatía retardada
- Alerta Epidemiológica.